En el mausoleo de Teodorico, nada es lo que parece.
lunes, 28 de febrero de 2011
domingo, 27 de febrero de 2011
sábado, 26 de febrero de 2011
Gala Placidia nació en Constantinopla y murió en Roma en el 450 de nuestra era cuando no había cumplido los sesenta años. Pidió que la enterraran en Ravenna. Tuvo tiempo para ser hija, hermana, esposa, tía y madre de emperadores. Álarico el visigodo la toma como rehen adolescente cuando invade Roma, y ella le responde casándose con su sucesor, Ataulfo, a quien dicen que amó; con él, fue la primera reina visigoda de Hispania, con capital en Barcelona, donde vivió hasta la muerte, violenta como corresponde, de su esposo. A petición de su hermano, el emperador Honorio, la devuelven entonces a Roma, donde contrae nuevo matrimonio con el general Constancio quien pronto se convierte en Constancio II, otro emperador, esta vez romano y un hombre bastante soso, nada que ver con Ataulfo.
Para Gala Placidia, el imperio de Occidente era su petit boudoir . Ejerció de regente durante los doce años de la minoría de edad de su hijo Valentiniano III, y fue munificente, astuta y piadosa . Gracias a ella terminan las obras de la iglesia de San Juan de Letrán en Roma y construyen la de la Santa Cruz de Ravenna junto a la que erige su mausoleo recoleto y esplendoroso con lujo de joyero, en el que también reposan los huesos de Valentiniano y quizás de su hermano Honorio. La leyenda cuenta que según su deseo, la depositaron embalsamada y sedente en su sepulcro, vestida de verdes terciopelos orientales y cubierta por el manto imperial.
En alguna batalla olvidada, su catafalco ardió, una crónica de Boecio asegura que lo hizo por combustión espontánea, y hoy nada queda de aquel cuerpo tan bello y poderoso, parece que la tumba triangular de piedra solo guarda sus cenizas, mezcladas con las del tiempo, iluminadas por la historia .
Y canta Alexander Blok : " Cubre el silencio las salas de los sepulcros, son estancias frescas y umbrías, para que la negra mirada de la bendita Gala, no consiga de nuevo incendiar las piedras ...".
Los mosaicos del mausoleo de Gala Placidia son los más antiguos de la ciudad y están entre los más hermosos, sus teselas son mínimas, e inmortal su color y su brillo. Bajo las arcadas se dibujan laberintos turquesa, y engañosas cortinas en mosáico enmarcan las ventanas de alabastro oscuro. La bóveda del ábside es un cielo estrellado, y en el muro que enmarca su sarcófago, quiso tener, al estilo romano, el dibujo en mosaico, de una biblioteca, un armarium con las puertas abiertas; aunque Ravenna fue buen campo de cultivo para los textos hoy conocidos como apócrifos, sus anaqueles solo guardan los cuatro evangelios canónicos, ordenados con primor y sujetos con cintas.
Para Gala Placidia, el imperio de Occidente era su petit boudoir . Ejerció de regente durante los doce años de la minoría de edad de su hijo Valentiniano III, y fue munificente, astuta y piadosa . Gracias a ella terminan las obras de la iglesia de San Juan de Letrán en Roma y construyen la de la Santa Cruz de Ravenna junto a la que erige su mausoleo recoleto y esplendoroso con lujo de joyero, en el que también reposan los huesos de Valentiniano y quizás de su hermano Honorio. La leyenda cuenta que según su deseo, la depositaron embalsamada y sedente en su sepulcro, vestida de verdes terciopelos orientales y cubierta por el manto imperial.
En alguna batalla olvidada, su catafalco ardió, una crónica de Boecio asegura que lo hizo por combustión espontánea, y hoy nada queda de aquel cuerpo tan bello y poderoso, parece que la tumba triangular de piedra solo guarda sus cenizas, mezcladas con las del tiempo, iluminadas por la historia .
Y canta Alexander Blok : " Cubre el silencio las salas de los sepulcros, son estancias frescas y umbrías, para que la negra mirada de la bendita Gala, no consiga de nuevo incendiar las piedras ...".
Los mosaicos del mausoleo de Gala Placidia son los más antiguos de la ciudad y están entre los más hermosos, sus teselas son mínimas, e inmortal su color y su brillo. Bajo las arcadas se dibujan laberintos turquesa, y engañosas cortinas en mosáico enmarcan las ventanas de alabastro oscuro. La bóveda del ábside es un cielo estrellado, y en el muro que enmarca su sarcófago, quiso tener, al estilo romano, el dibujo en mosaico, de una biblioteca, un armarium con las puertas abiertas; aunque Ravenna fue buen campo de cultivo para los textos hoy conocidos como apócrifos, sus anaqueles solo guardan los cuatro evangelios canónicos, ordenados con primor y sujetos con cintas.
viernes, 25 de febrero de 2011
He quedado con Cezanne en Rimini y en San Marino pero hoy amanecí en Ravenna con frío de invierno, junto a la tumba del Dante que aún no he visitado y frente al edificio que alberga el Real Circulo Forestal fundado en el siglo XVIII y al que definitivamente me gustaría pertenecer.
Cuando Ravenna perdió su independencia, cayeron con ella sus murallas, pero la ciudad quiso mantener todas las antiguas puertas que aún hoy permanecen en pie y siempre abiertas; simbolizan el talante acogedor y amable de sus ciudadanos y delimitan el area peatonal y bicicletil por la que he deambulado esta mañana.
Entre unas cosas y otras, tampoco he tenido tiempo para los mosáicos bizantinos, y llegué tarde a la tumba de Gala Placidia, mi vida en las calles, en mi mesa blanca y en el mercado era demasiado piacévole y felice, a la hora de comer me preparé una ensalada de valeriana con Stracciatella que aquí no es un helado con motitas de chocolate sino una variedad filamentosa y exquisita de la mozarella de búfala.
Yo tuve un aya antigua que antes había cuidado a mi madre, a mi tío Agustín y a mis hermanos, se llamaba Goya y tenía los ojos azules, murió cuando yo tenía ocho años. Goya me indicó que cuando se visita una iglesia nueva hay que rezar tres Avemarias. Por ser más papista que el papa, yo enriquecí el ritual con un padrenuestro y un Gloria. Me gusta rezar lo que rezaba de niña y así lo hice en esta iglesia de Santa Agata la maggiore de la via Mazzini, cerca de la Porta Sisi, y de la floristería de una chica muy tímida, que me vendió dos ramos de primavera.
Me gusta hablar de vez en cuando de Goya, saber que existió, nos quiso y la quisimos. Ella también me enseñó a decir fourchette, cuillère y couteau, estos dos ramitos de flores de la Romagna, son para ella.
Cuando Ravenna perdió su independencia, cayeron con ella sus murallas, pero la ciudad quiso mantener todas las antiguas puertas que aún hoy permanecen en pie y siempre abiertas; simbolizan el talante acogedor y amable de sus ciudadanos y delimitan el area peatonal y bicicletil por la que he deambulado esta mañana.
Entre unas cosas y otras, tampoco he tenido tiempo para los mosáicos bizantinos, y llegué tarde a la tumba de Gala Placidia, mi vida en las calles, en mi mesa blanca y en el mercado era demasiado piacévole y felice, a la hora de comer me preparé una ensalada de valeriana con Stracciatella que aquí no es un helado con motitas de chocolate sino una variedad filamentosa y exquisita de la mozarella de búfala.
Yo tuve un aya antigua que antes había cuidado a mi madre, a mi tío Agustín y a mis hermanos, se llamaba Goya y tenía los ojos azules, murió cuando yo tenía ocho años. Goya me indicó que cuando se visita una iglesia nueva hay que rezar tres Avemarias. Por ser más papista que el papa, yo enriquecí el ritual con un padrenuestro y un Gloria. Me gusta rezar lo que rezaba de niña y así lo hice en esta iglesia de Santa Agata la maggiore de la via Mazzini, cerca de la Porta Sisi, y de la floristería de una chica muy tímida, que me vendió dos ramos de primavera.
Me gusta hablar de vez en cuando de Goya, saber que existió, nos quiso y la quisimos. Ella también me enseñó a decir fourchette, cuillère y couteau, estos dos ramitos de flores de la Romagna, son para ella.
miércoles, 9 de febrero de 2011
Diez bañistas y un perro negro que se acaba de dormir. En la inclinación de los árboles se atisba ya la catedral que protegerá a las grandes bañistas. Un pincel pequeño, aceite de oliva en un cuenco de loza blanca, restos de trementina en los bordes. Se comenzó a pintar en el estudio del Jas de Bouffan en 1895; Cezanne lo siguió retocando durante 1896 y no lo mando a París. En 1902 lo mantenía en Lauves, frente a su caballete; como punto de referencia, él lo que quería era pintar cuadros enormes.
martes, 8 de febrero de 2011
Despues de desayunar en el salón de té Sprigli, en Parade Platz, tomamos el tren para Baden, el trayecto no llega a la media hora. En Baden está el palacete de los Brown Sulzer que hoy es la Fundación Langmatt. No abren al público hasta principios de Marzo pero como son amables y generosos, hoy la abren para nosotros. Nos regalan su tiempo, el catálogo y un café en el invernadero frente a la fuente y el seto de boj podado en topiary, antes de irse precipitadamente a sus despachos porque tienen trabajo pendiente, nos recomiendan que estemos el tiempo que nos parezca necesario, y que cerremos la puerta al salir . Y allí nos vemos, en un milagro, en salones exquisitos con las persianas entrecerradas, a solas con los recuerdos ajenos, entre penumbras con el arte que se va iluminando poco a poco. Podemos acariciar con delicadeza los lienzos, el primer cuadro de Cezanne que se compró en Suiza, un bodegón barroco en el que las cerezas se funden con las flores de una tela provenzal arrugada en la mesa de madera, podemos seguir con la nariz las lineas de las diez bañistas que chapotean en el río Arc, entrar en el mar turquesa de L'estaque, sentir las pinceladas pastosas que redondean los titubeantes melocotones. Las salas están desordenadas, se diría que acaban de marcharse los propietarios porque ha estallado una revolución. Hay libros encuadernados en piel, esculturas orientales, muebles franceses y plata italiana, porcelana de Zurich, alfombras persas, y un piano en el que tocaba Clara Haskil durante sus temporadas en la casa como invitada de la familia; hay tambien Renoir y Corot, Pisarro, Gauguin, Van Gogh, Monet, Bonnard y Pisarro, Guardi, Delacroix y Canaletto. Más de una hora inmensa en casa de los Señores Brown, en silencio sobre las espesas alfombras, en trance místico entre las estufas de cerámica vidriada, entre los fantasmas y el gozo.
lunes, 7 de febrero de 2011
También en Suiza cierran los museos los lunes, aprovechamos el día para vagabundeos diletantes, llegamos hasta el lago, cruzamos varios puentes y yo compro una camiseta con plátano en el Cabaret Voltaire. Antes de comer, entramos en la Grossemunster Kirsche, la gran Catedral con dos torres desproporcionadas que según Wagner parecen enormes saleros de mesa.
Se dice que CarloMagno en persona fundó esta Iglesia, se conservan las tumbas de los santos patronos de Zurich, un claustro románico excesivamente restaurado y, entre las reliquias, una deliciosa regadera medieval de estaño.
Creo recordar que Sigmar Polke, mientras estudiaba Bellas Artes en Dusseldorf, trábajó algun tiempo como aprendiz en una fábrica de cristal pintado. En 2009, un año antes de morir, Polke hizo las vidrieras de doce ventanas de esta iglesia. Cada una narra una historia, cada una es distinta, son respetuosas, innovadoras y ancladas en la tradición. Unas son abstractas y otras narrativas, algunas llenan de color las naves de la iglesia y esta que hoy elijo se atreve con el blanco y negro. Son bonitas pero no abruman a las más humildes que a principios de siglo diseñó Augusto Giacometti, no buscan excesivo protagonismo, son espirituales y sutiles.
El único inconveniente es ajeno a ellas, al ser Polke famoso, las vidrieras espectaculares y su diseño atrevidísimo, ocurre , como con la capilla de Barceló en la catedral de Palma, que el clero responsable de la Iglesia pierde la devoción y el norte en busca del lucro que generan las obras, en librillos, postales, videos y toures guiados. La religiosidad desaparece del templo, supongo que se curarán del síndrome con el tiempo o más bien, como en tantas otras catedrales o en la misma Santa Sofía, perderán para siempre la sacralidad y con ella el misterio, lucirán arte en frío, cerrarán los lunes .
Se dice que CarloMagno en persona fundó esta Iglesia, se conservan las tumbas de los santos patronos de Zurich, un claustro románico excesivamente restaurado y, entre las reliquias, una deliciosa regadera medieval de estaño.
Creo recordar que Sigmar Polke, mientras estudiaba Bellas Artes en Dusseldorf, trábajó algun tiempo como aprendiz en una fábrica de cristal pintado. En 2009, un año antes de morir, Polke hizo las vidrieras de doce ventanas de esta iglesia. Cada una narra una historia, cada una es distinta, son respetuosas, innovadoras y ancladas en la tradición. Unas son abstractas y otras narrativas, algunas llenan de color las naves de la iglesia y esta que hoy elijo se atreve con el blanco y negro. Son bonitas pero no abruman a las más humildes que a principios de siglo diseñó Augusto Giacometti, no buscan excesivo protagonismo, son espirituales y sutiles.
El único inconveniente es ajeno a ellas, al ser Polke famoso, las vidrieras espectaculares y su diseño atrevidísimo, ocurre , como con la capilla de Barceló en la catedral de Palma, que el clero responsable de la Iglesia pierde la devoción y el norte en busca del lucro que generan las obras, en librillos, postales, videos y toures guiados. La religiosidad desaparece del templo, supongo que se curarán del síndrome con el tiempo o más bien, como en tantas otras catedrales o en la misma Santa Sofía, perderán para siempre la sacralidad y con ella el misterio, lucirán arte en frío, cerrarán los lunes .
domingo, 6 de febrero de 2011
Este es el muchacho con el chaleco rojo que yo nunca ví en la Fundación Buhrle, en la villa de la colina, a orillas del lago de Zurich.
Me emocioné con el autorretrato de Cezanne con su paleta, poco antes de cumplir cincuenta años, y me perturbó el retrato de su mujer con abanico y unos ojitos negros de animal furtivo, pude ver el golfo de la Estaca y un paisaje provenzal rabiosamente impresionista que no parecía suyo, En la pared rosada batallaba San Antonio con sus orondas tentaciones de juventud, y estaba también uno de los últimos retratos del viejo jardinero Valliers, conmovedor, enmascarado bajo su sombrero y sobre el jardín. Pero el muchacho con el chaleco rojo no estaba porque cinco ladrones con pasamontañas negros de lana lo robaron poco antes de las cinco de la tarde en Febrero de 2008 . Ahora La Fundación solo abre el primer domingo de cada mes, con precaución y durante dos horas , no se han recuperado del susto.
¿En qué secreta cámara acorazada vivirá este Cezanne perdido?,¿ Le robarían por soberbia o por pasión irrefrenable?, ¿estará solo ?.
Me emocioné con el autorretrato de Cezanne con su paleta, poco antes de cumplir cincuenta años, y me perturbó el retrato de su mujer con abanico y unos ojitos negros de animal furtivo, pude ver el golfo de la Estaca y un paisaje provenzal rabiosamente impresionista que no parecía suyo, En la pared rosada batallaba San Antonio con sus orondas tentaciones de juventud, y estaba también uno de los últimos retratos del viejo jardinero Valliers, conmovedor, enmascarado bajo su sombrero y sobre el jardín. Pero el muchacho con el chaleco rojo no estaba porque cinco ladrones con pasamontañas negros de lana lo robaron poco antes de las cinco de la tarde en Febrero de 2008 . Ahora La Fundación solo abre el primer domingo de cada mes, con precaución y durante dos horas , no se han recuperado del susto.
¿En qué secreta cámara acorazada vivirá este Cezanne perdido?,¿ Le robarían por soberbia o por pasión irrefrenable?, ¿estará solo ?.
sábado, 5 de febrero de 2011

Kandinsky y Klee se hicieron mayores , no se si se bajaron del caballo para volar o para seguir a pie.
¿Y por qué Cezanne se pintaría con el sombrero calado, tan menudo y apocado como un mercero, cuando acababa de cumplir los cuarenta años?
viernes, 4 de febrero de 2011

El Kunstmuseum de Basilea es un poderío estético de piedra y roble, contiene una colección apabullante de Holbeins variados, hijos, nietos y sobrinos, un culo de marmol de Brancusi, suizos voluntariosos, Bocklins que tanto amé cuando confundía el arte con la literatura, oscuros Fusseli que me hacen pensar en los sueños de Goya, pequeñas escenas de Van der Hoost, revolucionarias por lo domésticas, bodegones del XVII, otro paisaje impecable de Ruysdael, modernazos del momento, y este Kranach que da la replica con nota a una de sus tantas Lucrezias imposibles.
jueves, 3 de febrero de 2011

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