
El agua simboliza la vida y el transcurrir del tiempo; las montañas son los lugares eternos y sagrados, centros de poder, moradas de los dioses.
Para leer un paisaje chino, la mirada debe moverse sinuosamente,como la cola de un dragón, siguiendo las vías naturales que marca en la seda un camino serpenteante que atraviesa el valle, o el arroyo que salta desde las rocas hasta desaparecer por el extremo izquierdo entre los pinos... Para los chinos, sus paisajes son realistas, entendiendo que la realidad no se limita al mundo objetivo ni al mero alcance de la vista; el campo de la mirada del artista es ilimitado,el color depende del espíritu, y las montañas no suponen una barrera para la visión del pintor ni por tanto para la del espectador que, como en los antiguos bajorelieves, puede leer el paisaje en capas sucesivas, las leyes de la perspectiva oriental son benévolas y no hay roca que pueda ocultar el esplendor de los crisantemos.
En China, el paisaje es trascendente.