
Aparte de científico brillante, Marión era pintor amateur y gran amigo de Paul Cezanne. El artista le retrata con el poeta Valebregue, a plein air con sombrero, van de campo pero elegantes y con un toque de bohemia . En muchas de sus cartas Cezanne habla del amigo científico y aprendiz de artista con cariño, cuenta de sus paseos juntos por los altiplanos de la región de Aix y cita su nombre entre los que le acompañan de excursión a la Sainte Victoire un mes de Mayo. Entre los papeles de Cezanne se encuentran unas hojas sueltas en las que bocetos del artista se mezclan con notas de la mano de Marion, se ve que Cezanne preguntaba los difíciles nombres de fósiles que iban encontrando, quería memorizar periodos geológicos, o la composición de los distintos estratos que formaban la montaña, y el científico se los iba escribiendo sobre la marcha en l0s mismos papeles de sus dibujos.
Por las cartas de Zola a Cezanne sabemos también que los dos amigos conocieron la obra de Darwin a través de Marion y compartían las teorías de evolución que para ellos supusieron un hallazgo revolucionario que les proporcionaba una realidad nueva. Zola y Cezanne fueron, como Marion, republicanos, jovenes, modernos y evolucionistas .
Y vuelven las preguntas sin respuesta.
¿Mantuvo el artista la fé en Darwin durante sus últimos años de profunda religiosidad católica? Y si fue así, ¿de qué manera articulaba en este contexto la creación divina y la existencia del alma?, ¿supo engranar los dos discursos?.
Y por otra parte, ¿Hasta qué punto las experiencias geológicas de Cezanne influyen en su modo de percibir y representar la naturaleza y más en concreto ésa esencia siempre buscada de una montaña a cuyo historia y composición se había asomado con Antoine Fortuné Marion?
(Tras una visita al Museo de Historia natural Aix en Provence, 10 rue Espariat, fundado en 1839 y que, algún audiovisual aparte, se mantiene en espíritu y colecciones casi idéntico al que conoció P.C.)