
Nada, ni el nombre sabemos de la muchacha que te enamoró en la primavera de 1885, sólo que la escribías apasionado y esperabas sus cartas clandestinas mientras te movías inquieto de un lugar a otro, huyendo de tu tristeza, expectante, asocial y confuso.
¿Y Por qué, en Agosto de 1885, de todos los bellos pueblos de la Provenza, tuviste que instalar a Hortense y a tu hijo en Gardanne, en el corazón de la cuenca minera del Ródano, con humeantes fábricas de aluminio y oscuras minas de Lignito?.Tú, mantenías tu residencia en Aix, trabajabas en tu estudio del Jas de Bouffan y les visitabas en tren todos los días, solo os separaban ocho kilómetros. Para entretenerte y verles poco, pintabas Gardanne desde recodos del valle a los que llegabas con un burro que cargaba tu utillaje. En tus cuadros de allí y entonces, borraste las huellas de la industria para plasmar un esqueleto esencial del pueblo en amontonados cubos, verdes, ocres y rojos. Porque querías borrar el cambio de Provenza y quizás tu hoy atormentado, para aferrarte a un pasado acogedor e inmovil, inventaste en Gardanne el primer pueblo cubista, y, eres una paradoja, te lanzaste con él, más que el aluminio y las minas, hacia el moderno siglo XX. ¿Has visto los pueblos de Bracque que cuelgan en el MOMA?.
Y en Abril de 1886,¿por qué te casas con Hortense a la que ya no amabas cuando os conocisteis en París en 1869, a la que nunca amaste, la que jamás te quiso?. Me gustaría que habláramos otro día de esto.