jueves, 4 de marzo de 2010

Día de mercado en Aix, en la plaza Richelme compro miel blanca de lavanda, recogida en el Chemin des Savels, en la Bastidonne, y un kilo de las magníficas peras del Thoard, que maduran, dulces y feas, a 700 metros de altitud en la alta Provenza. La florista más sonriente de todos los puestos me vende en la plaza del Ayuntamiento dos ramos de mimosas por el precio de uno; y van las flores conmigo, acarician rítmicas mi cadera y cambian el perfume de mis pasos, levantan mi ánimo hasta la danza, voy en sus volandas marcando un suave baile callejero, su amarillo cantarín me precede cuando entro en la pastelería de Bremond para comprar calissons de piña y una baguette con semillas de amapola, Bon jour la belle!.