viernes, 21 de mayo de 2010

En 1927, el joven pintor americano Erle Loran viajó a Provenza con una beca, iba en busca de Cezanne. Se las arregló para vivir durante tres años en el estudio de Lauves, habló con todo el mundo, consiguió localizar los paisajes reales de los cuadros de Cezanne y les hizo fotos. A su vuelta a casa, publica un libro: "Cezanne's Country".
Como pintor, siento decir que Loran fue ecléctico o inseguro, ya que hasta su muerte en 1999, con 95 años, fue abrazando casi todas las tendencias del siglo. Como teórico hizo su carrerita, tras ser alumno del carismático Hans Hofmann, le contratan como profesor de Arte en Berkeley, universidad donde enseñará, con rigor y frío entusiasmo, durante casi cuarenta años.
En 1943, Erle Loran publica Cézanne's Composition, se trata en realidad de un libro de texto que resume sus lecciones universitarias. Para demostrar las teorías sobre composición que comparte con Hoffmann, enfrenta los paisajes de Cezanne a las fotografías de sus motivos, e indica los cambios o transformaciones de la realidad que introduce Cezanne en su obra con el fín de crear un Espacio pictorico independiente. El tema del Espacio pictórico - que Cezanne introduce de modo explícito pero vago en sus cartas a Emile Bernard - era el caballo de batalla de la época, y uno de los puntos de partida del expresionismo abstracto. Loran recurre a diagramas en blanco y negro para desmenuzar las sutilezas del espacio pictórico cezanniano y el equilibrio de volúmenes y fuerzas que interactuaban internamente en cada cuadro; Estos diagramas reducen los cuadros de Cezanne a gráficos esquemáticos, entidades formales en las que el significado temático desaparece, y con él sus referentes y vínculos; toda connotación emocional o descriptiva se hace irrelevante. Loran es consciente de que así no se aprehenden los cuadros, sabe que Cezanne no trabajaba en esos términos, e incluso advierte al lector para que no confunda el todo artístico con la parte; pero aún así, su discurso se articula en la vanguardia neoyorkina de los cuarenta y es portavoz de un nuevo modo de entender, hacer y enseñar el arte. Su libro, más allá de los diagramas e incluso por ellos, es un valioso documento que delata la influencia del "Concepto Cezanne" en el expresionismo abstracto americano, en aquellos tiempos gloriosos en los que, por primera vez, Nueva York le había robado a Europa la idea del arte moderno. En 1943, a Roy Lichtenstein le mandan a Francia como soldado. Al acabar la guerra, vuelve del frente enamorado de Cezanne y retoma en Nueva York sus estudios de arte. En 1960 es ya profesor en la Rutgers University donde George Segal y Allan Kaprow serán sus colegas y amigos. Un día, harto de mitomanías y de paletas ajenas, Kaprow le dice más o menos: " Chico, no insistas en enseñar color a través de Cezanne, solo puedes enseñarlo a partir de algo como eso, y le señala un envoltorio de chicle Bazooka".
En 1962, Roy Lichtenstein había aprendido la lección, no coloreaba como Cezanne y el expresionismo abstracto era un recuerdo vetusto. Lichtenstein representaba al pop más crítico, radical y aparentemente vacuo; en aquel momento no se limitaba a interpretar por repetición las realidades populares sino que duplicaba grafismos populares y motivos bidimensionales asociados a la moderna era industrial o a las viejas Bellas artes. Y es desde este punto, donde recuerda a Cezanne, y lo hace sin color, en blanco y negro. Para ello, "duplica" dos de los diagramas de Loran que, según dice, le resultan especialmente cómicos por obtusos: Madame Cezanne y Hombre con brazos cruzados. Loran se indigna, no ve la "tesis" del asunto ni tampoco la gracia, y demanda judicialmente a Lichtenstein por plagio. Loran pierde el pleito pero el asunto Cezanne genera un energético debate teórico entre las fuerzas vivas y menos vivas del arte americano.
Y mientras tanto, el hombre de Cezanne, el genuino, aguanta postura con los brazos cruzados, sus ojos algo reprochan, quizás su propio aburrimiento. Sigue aguantando, se mira de refilón en un espejo. Es un hombre de Provenza que está triste y vivo,es un espacio pictórico ajeno a la ironía, a Nueva York y al blanco y negro.
Paul Cezanne: Man with crossed arms . 1895 - 2000. 91 x 71 cm. Guggenheim Museum. NY.
Erle Loran: Man with folded arms . Berkeley. Carlifornia press. 1943
Roy Lichtenstein: Man with folded arms (Cezanne). 177 X 122 cm. The Museum of Contemporary Art,Los Angeles. The Panza Collection