domingo, 16 de mayo de 2010


La vida es rara.
Uno de los últimos textos de Gertrude Stein fue su prefacio para un catálogo de la exposición del pintor español Francisco Riba Rovira en la galería Roquepine de París, era Mayo de 1945:
"Es inevitable que cuando realmente necesitamos a alguien, lo encontramos, la persona que necesitas te atrae como un imán. Volví a París después de largos años en el campo y necesitaba un joven pintor que me despertara. Paris estaba magnífico pero ¿Donde estaba el joven pintor?, miré por todos sitios: a mis contemporáneos y a sus sucesores. Anduve mucho y miré por todas partes, en todas las galerías, pero no estaba allí. Sí, ando mucho, mucho por las orillas del Sena donde pescamos, pintamos, paseamos a los perros(Yo soy de las que pasean a sus perros). ¡Ni un solo joven pintor!. Un día, en la esquina de una calle, en una de esas callejuelas de mi distrito, vi a un hombre pintar, le miré, a él y a sus pinturas, como miro siempre a todo aquel que está creando algo. Tengo una infatigable curiosidad para mirar, y me conmovió. Si, ¡Un joven pintor!. Empezamos a hablar(...)Su historia era la historia triste de tantos jovenes de nuestro tiemp0o. Un joven español que estudiaba Bellas Artes en Barcelona: Guerra civil, exilio, campo de concentración, fuga, Gestapo, otra carcel, otra fuga...¡Ocho años perdidos!, o quizás no se perdieron, ¿quien sabe?. Y ahora, pequeñas miserias, pero siempre la misma pintura. ¿Por qué supe que él era el joven pintor?. Visité sus dibujos, su pintura, hablamos, le expliqué que para mí, toda la pintura moderna se basa en lo que Cezanne casi hizo, en vez de basarse en lo que quiso hacer. Cuando no conseguía hacer algo, lo secuestraba y lo abandonaba. Insistía en mostrarnos su incapacidad, difundía su falta de exito mostrando lo que no podía hacer, esto se convirtió en una obsesión para él. Los artistas a los que influyó, también se obsesionaron por las cosas que no podían alcanzar y comenzaron un sistema de camuflaje. Era natural que lo hicieran, incluso inevitable, este camuflaje se convirtió pronto en un estilo de arte, en paz y en guerra. Matisse ocultaba cosas e insistía en lo que Cezanne no podía conseguir, y Picasso ocultaba, jugaba y se torturaba por todas esas cosas. El único que quiso insistir en el problema de fondo, fue Juan Gris. Persistió en profundizar en las cosas que Cezanne quería hacer, no en la propia incapacidad de hacerlas, pero la tarea fue demasiado dura para él y le mató.
Y aquí estamos ahora, encuentro a un joven pintor que no sigue la tendencia de jugar con las cosas que Cezanne no podía hacer sino que ataca por derecho las cosas que intentó hacer, intenta crear los objetos que tienen que existir, por, y en sí mismos, y no en relación con otros. Este joven pintor tiene sus puntos débiles y tiene su fuerza. Su fuerza le conducirá por su camino. Estoy fascinada y es por esto que se que él es el joven pintor que necesitaba: Francisco Riba Rovira".

La vida es rara.
Es raro, la verdad, que yo pase la mañana de este primer Domingo soleado, agazapada en mi cama leyendo a Gertrude Stein, y es rarísimo que me encuentre a Francisco Riba Rovira, pintor español en París del que nunca oí hablar y que se fugó dos veces de la Gestapo para después tropezarse en la calle con Gertrude Stein.
En su busca he navegado los procelosos mares de la web pero todo fue bastante en vano; aparte de dos cuadros tardíos, sin nombre y muy extraños, sólo he podido encontrar, sin lugar de origen ni destino, sus fechas de nacimiento y muerte : 1913- 2002. Dicen también que la galería Sothebys de Londres vendió en 2009 ¡por 938 libras! este bodegón sobre tabla que mide 78.1 x 132.1 cm. En su reverso el pintor escribió: Nature Morte- riba-rovira/29 rue Guenegaud/PARIS (6e).
¿Quien fué Francisco Riba Rovira?, ¿Que fué de él?, ¿Nos cruzamos en algún puerto?, ¿Tuvo hijos?, ¿Cuantos cuadros pintó?, ¿Donde estarán?, ¿Sufrió?, ¿Sería un hombre amable?. Sólo se que en Mayo de 1945, la escritora Gertrude Stein, personaje monumental, coleccionista, mecenas y pionera de las artes, volvía de la guerra para decir que, muerto Juan Gris, Cezanne solo tenía un sucesor a su altura y se llamaba Francisco Ribas Rovira.
Y después, nada.