miércoles, 19 de mayo de 2010

"Las ramas más desarrolladas de la familia humana tienen en común una característica peculiar. Tienden a producir - bien es verdad que esporádicamente, y a menudo en las circunstancias externas más adversas - un curioso y preciso tipo de personalidad; un tipo que rehusa a sentirse satisfecho con lo que los otros hombres llaman experiencia, y se inclina, según las frecuentes palabras de sus enemigos, a "negar el mundo para poder encontrar la realidad". Podemos encontrar a estas personas en Oriente y en Occidente, en la antiguedad, en la época medieval y en el mundo moderno. Su única pasión parece ser la consecución de cierta busqueda espiritual e intangible: El encuentro de una "vía de escape" o "vía de retorno" que les conduzca a un deseable estado, que es el único en el cual pueden satisfacer su necesidad de Verdad absoluta. Esta busqueda se convierte en lo único que da significado a sus vidas". Evelyn Underhill (Mysticism. Naturaleza y desarrollo de la consciencia espiritual. 1911)
Autorretrato sobre fondo rosa. 1875. 66 X 55 cm. Museo d'Orsay