Persisto en lo cromático para decir que Enero también nos trae el amarillo de las mimosas en general, y de esta en concreto que vapuleada por el viento pero siempre optimista, acaba de estallar en la puerta de Can Dionis. Y el morado elegantísimo de las violetas minúsculas que se extienden a su libre albedrío entre las piedras del patio, en los bordes del camino y a los pies del granado. He intentado retratar su delicadeza de orquideas diminutas y su perfume fugaz pero las violetas, humildes como tales, han escapado a mi cámara imprecisa. No por ello son menos encantadoras.
sábado, 22 de enero de 2011
Persisto en lo cromático para decir que Enero también nos trae el amarillo de las mimosas en general, y de esta en concreto que vapuleada por el viento pero siempre optimista, acaba de estallar en la puerta de Can Dionis. Y el morado elegantísimo de las violetas minúsculas que se extienden a su libre albedrío entre las piedras del patio, en los bordes del camino y a los pies del granado. He intentado retratar su delicadeza de orquideas diminutas y su perfume fugaz pero las violetas, humildes como tales, han escapado a mi cámara imprecisa. No por ello son menos encantadoras.