miércoles, 10 de marzo de 2010

El 28 de Noviembre de 1870, en la batalla de Beaune la Rolande de la guerra francoprusiana, Frederic Bazille, al mando de su compañía de Zuavos, átacó la posición alemana. Tuvieron que herirle dos veces en el pecho antes de que cayera muerto del caballo.Tenía 29 años, era un gran pintor, un buen amigo, un hombre distinguido y generoso. En el invierno de 1870, Cezanne con treinta y un años, estaba en contra de la guerra y maldecía la muerte estúpida de Bazille. En franca rebeldía y para evitar alistarse, se agazapó en la casa de vacaciones que su madre alquilaba desde hacía tiempo en el puerto de L'Estaque, junto a Marsella. Los inviernos de guerra son siempre fríos, aquel año, nevó sobre la bahía de l'Estaque y Cezanne estaba allí para pintar una nieve sucia que se fundía con el barro oscuro y goteaba de los tejados rojos, pintó árboles retorcidos y oscuros, paredes grises como las piedras, el cielo emborronado de tormentas y la tierra lívida, herida por blancos caminos improbables. No se olía en los cuadros el mar, solo se palpaban las derrotas.
El 9 de Marzo de 2010 nevaba sobre la Provenza y estaban blancos los campos de vides, las avenidas de plátanos y los olivares, en la carretera vieja entre Saint Cannat y Saint Remy.