sábado, 17 de abril de 2010

Desde las vasijas arcáicas hasta hoy, El rapto de Europa ha sido motivo frecuente en el arte occidental. Como se sabe y aún así repito, Zeus, en uno de sus múltiples arrebatos caprichosos y pasionales, se enamoró de Europa, una princesa fenicia, de la ciudad de Tiro, y no vió mejor manera de cortejarla que convertirse en manso y bellísimo toro blanco. La princesa que jugaba con sus amigas en la playa y era, por lo visto, animalera, descubre al toro, se acerca, le acaricia y adorna con guirnaldas. Toma confianza y al fín, monta sobre su lomo, momento que aprovecha Zeus para emprender galope marino hasta la isla de Creta donde consuma sus amores bajo un platano. Parece que tuvieron tres hijos,y ella dió en casarse con el rey de Creta, luego la historia no acaba mal.
Antes de Cezanne, el mito de Zeus y Europa aparece en vasijas cretenses, en frescos pompeianos, en la cerámica roja de los atenienses, en mosáicos del norte de Africa, en Bizancio, en Rembrandt, Rubens, Boucher...por todas partes. Cezanne habría visto muchas de estas imágenes, probablemente había leido el relato en Homero y sin duda conocía de memoria las palabras de Ovidio que describen el rapto :

"...Y poco a poco, ella ya sin miedo, le palpaba el pecho con su virgínea mano, le tomaba de los cuernos y los adornaba con guirnaldas... hasta que la princesa, ignorante de a quién montaba, se atrevió a sentarse en su lomo y es entonces cuando el dios puso sus pies en las olas y galopó más y más lejos por el medio del ponto con su botín. Se asusta ella y vuelve al litoral sus ojos, en la mano derecha tiene el cuerno y la izquierda la posa en el lomo..."

Cezanne se inspira probablemente en la versión de su admirado Tiziano, que ilustra este comentario: Composición, movimiento, oscuridad, desmadejamiento, ninfas, grandeza escultórica, aguas y montaña... Tiziano está ahí y Cezanne sabe de qué habla pero para su versión del Rapto, suprime al toro blanco y toda la parafernalia ovidiana, despoja de anécdotas la leyenda y la reduce a sus coordenadas conceptuales profundas. Cezanne, enemigo declarado de la filosofía en el arte, llega a pincelazo limpio al esqueleto del conflicto en una lectura psicoanalítica del mito.
Cezanne pintó L'enlevement en 1867, tenía 28 años y frecuentaba el Louvre, su técnica era todavía inexperta, independiente y obcecada,su cabeza estaba llena de motivos irreales y perspectivas imposibles. Acababa de salir de la representaciones domésticas y plácidas de la mujer que tenían como protagonistas a su madre y hermanas y comenzaba su viaje aterrado hacia el sexo y lo femenino.En L'enlevement vemos los primeros indicios : El hombre es Zeus, es el violador o el salvador, es un toro y lleva en brazos a una mujer casi inerte. Aún así,la talla de la mujer es enorme, sus brazos doblan los del dios y aunque este la lleva recogida y doblada en su regazo, sus pies casi tocan el suelo y su pelo - largas melenas de Cezanne- puede convertirse con facilidad en un mar de sargazos que enredara a Zeus y a todos los dioses del olimpo.