sábado, 24 de abril de 2010

¿Qué ocurre en ese boudoir oriental? Quizás ella sea la bella Salambó de Flaubert, hija de Hamilcar el cartaginés, sorprendida desnuda en el sueño por Matho, el enemigo, el heroico cabecilla de los libios: "...Las doradas cortinas del lecho la envolvían en una penumbra azul...".
Las pinceladas de este cuadro - Le pasha 1870 - son anchas, torpes y espesas, los colores oscuros, ricos y limitados, granate, verde y azul, dorado, blanco y negro; el lujo es más que oriental y sin embargo el hombre va arrugado. Un turbante le pone en situación pero por la postura y el perfil, los zapatos y los pantalones, reconocemos en él a Paul Cezanne vestido de diario. El artista se enfrenta de nuevo a la seductora de cuerpo luminoso y melena infinita,"...Los rizos sueltos de su pelo se esparcían en torno a ella, tan abundantes que parecía yacer sobre plumas negras...", el pasha está allí, y si bien ha avanzado hasta el diván de antiguo terciopelo, es verdad que al mismo tiempo se repliega, sus brazos recogidos sobre el regazo, la mirada sesgada, no hay contacto.
Ella se acurruca, la cama es una nube de la que parece resbalarse, agarra las sábanas con su mano derecha ,¿para taparse o para que él se introduzca en el lecho con ella?, sus caderas redondas ocupan el centro geográfico de la obra.
¿Cual será el desenlace de esta escena?,¿comerán juntos como amantes los frutos que esperan sobre el velador barroco, qué vino especiado guarda esa botella?, ¿Por qué la atmosfera es tan opresiva y desequilibrada?,¿Cobra ella por sus favores o encarna acaso la inocencía sorprendida y violada?, ¿Qué pesado fardo trae la sirvienta sobre su cabeza?.
Las ventanas, Por favor, abran las ventanas al sol, que aireen ese cuarto y la imaginación del artista.