viernes, 28 de mayo de 2010

Hay muchas maneras de vivir y muchas opciones de verdad, somos seres en laberintos. Solo los místicos son capaces de afirmar que tras lo múltiple hay una verdad última, un absoluto único, que se convierte en su destino vital. Los grandes iniciados son aquellos que encuentran bajo el fenómeno del aparecer, un hilo que les lleva al absoluto.
Los místicos niegan que nuestro acceso al conocimiento tenga que ser parcial o limitado y que pueda alcanzarse a través de los sentidos , de la inteligencia o de nuestra experiencia consciente habitual. Según Evelyn Underhill," El método de conocimiento de los místicos no sienta sus bases en la lógica sino en la vida: Existe para ellos un "real" a descubrir, una chispa de verdad que sólo se puede alcanzar en un "acto de unión" con lo absoluto".
Hay místicos entregados a la verdad y transformados por ella pero que no desean, o no pueden, comunicar lo percibido. Hay otros, más generosos, que tocan "la realidad" y la saben inefable pero insisten una y otra vez en compartirla; entre ellos, surgen algunos, muy pocos, alumbrados por un genio insólito y que casi alcanzan a entregarnos desde sus manos en llamas una chispa de la chispa última. A veces, y depende en gran parte de la calidad de nuestra entrega, incluso lo consiguen. Sentimos entonces que ha ocurrido, por un instante nos hacemos uno con ellos y "el fuego de Pascal" viene a ser nuestro. Los mensajeros del absoluto suelen ser poetas, músicos,o pintores.

Estudio de manzana. Acuarela. Circa 1885. 13 x 17 cm. Paradero desconocido. Dice Rewald que a la izquierda, en lápiz muy ténue se veía la cabeza de un gato.