"Los conceptos de color tienen que tratarse como los de sensación".Ludwig Wittgenstein(Observaciones sobre los colores)
Fragmento de Bodegón con manzanas
" los que solo conocieron a Cezanne en sus últimos años,estragado ya por la enfermedad, no pueden imaginar cómo era a los treinta años: Un chico alto y sólido, con las piernas largas y un poco curvadas, la cabeza siempre en alto, como si mirara al horizonte. Su rostro noble rodeado por una barba negra y rizada, recordaba las figuras de los dioses asirios. Sus ojos oscuros, grandes, chispeantes de vida y con una movilidad extrema dominaban la nariz fina y ligeramente arqueada y contribuían a dar a su fisionomía un caracter oriental. Generalmente mantenía un aire grave, pero cuando hablaba sus rasgos se animaban y una mímica expresiva acompañaba sus palabras, pronunciadas por una voz fuerte y bien timbrada a la que su fuerte acento provenzal añadía un sabor particular.
No quería entrar tan pronto en el mundo acuarela pero ayer, con la excusa mística, hice una incursión y hoy insisto porque me cuesta parar.
Hay muchas maneras de vivir y muchas opciones de verdad, somos seres en laberintos. Solo los místicos son capaces de afirmar que tras lo múltiple hay una verdad última, un absoluto único, que se convierte en su destino vital. Los grandes iniciados son aquellos que encuentran bajo el fenómeno del aparecer, un hilo que les lleva al absoluto.
A los bañistas de Cezanne, hombres o mujeres, se les llama bañistas porque van ligeros de ropa y están cerca del agua pero no parece que vengan de bañarse ni que les tiente zambullirse en un futuro próximo. Se les suele ver más bien apáticos, como sorprendidos por un fotógrafo oculto, mientras se mueven sonámbulos, absortos en sus soledades y juegos secretos, entretenidos en sus cosas. Cezanne pintó sus primeros bañistas en los años setenta y siguió, tozudo, con ellos hasta su muerte. Al principio recordaban torpes escenas bucólicas de los maestros italianos, al final ya no eran individuos, sino andamios vivos que utilizaba como pilares y vigas de paisajes que levantaban arquitecturas de catedrales.
En este Bañista, Cezanne,se atreve a secar el mar, presenta un personaje solitario que anda desnudo y concentrado en sí mismo, con un cuerpo asexuado e imposible, entre erráticas pinceladas y en medio de un desierto sin sentido.
" y allí estaba el cuadro de "L'Estaque" de Cezanne, el sesenta o el setenta y cinco por ciento de la pintura era agua. El agua como una forma azul. Me acordé de la bahía de ese cuadro cuando vi un lago desde lo alto de una colina, e hice un boceto. El cuadro definitivo, Lake I lo pinté en 1982. Ahora me doy cuenta de cómo las cosas que me atrajeron cuando yo era muy joven, han dado fruto en otras cosas. Es una influencia indirecta. Cada vez que voy al Met,me instalo frente a esa pintura de Cezanne, la forma de la bahía, el agua azul contra el paisaje verde. Este es realmente el cuadro que más me gusta de todo el museo. Y si me pregunto ¿Por qué?, no se, me imagino que es por el azul, el dominio del azul". Ellsworth Kelly. (En conversaciones con Katherine Sachs). 
"Ahora se puede ver cómo los críticos de Arte que condenaron a Cézanne en vida, entendieron las implicaciones revolucionarias de su arte mejor que sus defensores ingleses y americanos que le alababan como padre del arte moderno sobre la base de que era el gran continuador del arte de Poussin... . El Arte moderno comienza con los impresionistas precisamente porque por primera vez en la historia surge un grupo de artistas que repudiando el papel de los grandes mensajes personales se dedican exclusivamente a resolver un problema técnico de la pintura: El color .
"...Por lo que ahora me interesa Cezanne, comprendo la magnitud de mi cambio, voy camino de convertirme en un obrero, un largo camino sin duda y no voy sino en el primer trecho, pero ya puedo comprender al viejo que caminó allí delante, lejos, solo , seguido solamente por chiquillos que le tiraban piedras ( … ) hoy he vuelto a contemplar sus cuadros, increíble el ambiente que crean. Sin examinar ninguno en particular, cuando se situa uno entre las dos salas, se percibe su presencia fundiéndose en una realidad colosal. Como si aquellos colores me liberaran de una vez por todas de cualquier duda. La conciencia de aquel rojo, de aquel azul, su sencilla verdad, me educan. Si me sitúo entre ellos con total disponibilidad, parece como si hicieran algo por mí".
"L'art serait il un sacerdoce qui demande des purs qui lui appartiennent tout entiers? " Paul Cezanne. Enero 1903 .
En 1927, el joven pintor americano Erle Loran viajó a Provenza con una beca, iba en busca de Cezanne. Se las arregló para vivir durante tres años en el estudio de Lauves, habló con todo el mundo, consiguió localizar los paisajes reales de los cuadros de Cezanne y les hizo fotos. A su vuelta a casa, publica un libro: "Cezanne's Country".
En 1943, a Roy Lichtenstein le mandan a Francia como soldado. Al acabar la guerra, vuelve del frente enamorado de Cezanne y retoma en Nueva York sus estudios de arte. En 1960 es ya profesor en la Rutgers University donde George Segal y Allan Kaprow serán sus colegas y amigos. Un día, harto de mitomanías y de paletas ajenas, Kaprow le dice más o menos: " Chico, no insistas en enseñar color a través de Cezanne, solo puedes enseñarlo a partir de algo como eso, y le señala un envoltorio de chicle Bazooka".
Cezanne pintó cuatro versiones de esta escena, a la que sus amigos llamaron sucesivamente "Le grog au vin","le punch au rhum" y "L'apres midi a Naples". La primera versión, que Cezanne presentó al salón de 1867 y fue rechazada, se perdió o fue destruida por el autor; la tres últimas son de 1875 y sobreviven distantes, una en Australia, otra en París y la tercera, esta que aquí aparece, en Londres, en la colección privada de Lucien Freud quien la compró en 1999 para inmediatamente versionarla. Cezanne y Freud son mundos opuestos que solo aquí coinciden, o quizás no, comparten acaso obsesiones profundas, visiones de carnes desbordadas, sexualidades animales y confusas, rechazos o miedos. Freud ha sido capaz de convertir a Jerry Hall en un pedazo de carno a despiezar, solo él pudo anular el sex appeal de Kate Moss, enfriar, congelar sus carnes, como hizo Cezanne con sus bañistas, y en sus orgías insensatas. No se si comparten sus por qués pero también coinciden en su sentido monumental y rígido de la composición pictórica, en el ensimismamiento creativo y en la pasión borracha por los tubos frescos de pintura, por las paletas untuosas; Y difieren en casi todo lo demás, un abuelo Sigmund no es lo mismo que un abuelo sastre. 
"Las ramas más desarrolladas de la familia humana tienen en común una característica peculiar. Tienden a producir - bien es verdad que esporádicamente, y a menudo en las circunstancias externas más adversas - un curioso y preciso tipo de personalidad; un tipo que rehusa a sentirse satisfecho con lo que los otros hombres llaman experiencia, y se inclina, según las frecuentes palabras de sus enemigos, a "negar el mundo para poder encontrar la realidad". Podemos encontrar a estas personas en Oriente y en Occidente, en la antiguedad, en la época medieval y en el mundo moderno. Su única pasión parece ser la consecución de cierta busqueda espiritual e intangible: El encuentro de una "vía de escape" o "vía de retorno" que les conduzca a un deseable estado, que es el único en el cual pueden satisfacer su necesidad de Verdad absoluta. Esta busqueda se convierte en lo único que da significado a sus vidas". Evelyn Underhill (Mysticism. Naturaleza y desarrollo de la consciencia espiritual. 1911)
" En todo hay algo inexplorado, porque solo utilizamos nuestros ojos desde el recuerdo de lo que antes de nosotros se pensó sobre lo que ahora contemplamos. Hasta la cosa más mínima, contiene algo en ella que nos es desconocido. Debemos encontrarlo. Para describir un fuego que llamea y un árbol en una llanura, permanezcamos ante ese fuego y ese arbol hasta que no se parezcan ya, para nosotros, a ningún otro árbol y a ningún otro fuego". Gustave Flaubert (Recordado por Guy de Maupassant en el prólogo de Pedro y Juan)
"Entonces pensé, si Cezanne tiene razón, yo también la tengo; Sabía que Cezanne no se había equivocado. En la obra de Cezanne hay leyes constructivas que son útiles para todo joven pintor. Él tenía, entre sus grandes virtudes, ese mérito de querer que los tonos fueran fuerzas en un cuadro, dándoles la misión más alta ...Cezanne, sabe usted, es una especie de Dios de la pintura". Georges Braque
Paul Cezanne : Casas de Provenza.El valle des Riaux, cerca de l'Estaque. 1883. 65 x 81 cm . National Gallery Washington.
De una antigua familia de la aristocracia neoyorkina, Walter Van Rensselaer Berry nació millonario en París en 1859. Estudió leyes en Harvard y Columbia, fue juez del tribunal internacional en Egipto, diplomático, abogado de prestigio, y presidente de la Camara de Comercio de París; fue hombre de mundo, esteta, coleccionista de arte y bibliófilo empedernido; Fue tíbio con las mujeres, gran amigo de Henry James e íntimo de Marcel Proust. Edith Wharton dijo que Walter Berry había sido el gran amor de su vida aunque no se casó con él y ni siquiera llegaron a besarse. Cuando murió en 1927, Berry le dejó a Edith "todos los libros de mi biblioteca que a ella le interesen". El cuadro de Cezanne ya era de la escritora desde hacía unos meses, Berry lo había comprado en Berhneim - Jeune de París años antes, y se lo dió como último regalo cuando se encontraba ya muy enfermo y las joyerías de la Place Vendome habían perdido todo su brillo. Berry le escribió : " quiero que este cuadro sea tuyo y que sepas que me dirijo sin miedo hacia el jardín, al fondo hay luz, te esperaré junto al estanque". No volvieron a verse. Para Edith Wharton, "Los castaños y el estanque del Jass de Bouffan" fueron símbolo de amistad y esperanza, balsamo al óleo contra las penas de ausencia. Aunque despotricó contra casi todos los artistas que cambiaron de siglo con ella, elogiaba a Cezanne. Nunca sabremos si sus motivos eran sólo extrapictóricos o si, más allá de las sombras del jardín, llegó a valorar su arte. También hablaba bien de Rilke, de Colette y de Yeats, de Gauguin y de Anita Loos.
Pinceladas cortas, simples y untuosas, la pintura es tan fresca como la sombra que proyectan los castaños sobre la avenida en este mediodía de un día de calor, el follaje denso se pierde en la altura donde cantan los mirlos. En primer plano el sol que blanquea la tierra, enmarcada por el gris verdoso de las gramíneas entre las que asoman tímidas las primeras amapolas. Una línea blanca conduce hacia la casa grande que no se ve pero ha de ser cuadrada, de piedra clara revocada en gris como las persianas de sus ventanas alargadas. Se atisba una explanada luminosa, quizás haya un estanque y alguien que se sienta en el brocal hasta que cada día suena la campana que anuncia la hora de comer.
A mí tú no me engañas, nada de plein air, este lago de Annecy lo pintastes en casa.
Samuel Courtauld nació en Londres en 1876, heredero de la gran empresa textil fundada por George, su tío abuelo. Los Courtauld comienzan a enriquecerse a principios del siglo XIX cuando incorporan a su fábrica novedosos telares para algodón y seda, pero pasan las cotas razonables de la opulencia, se convierten en magnates internacionales, gracias a la viscosa, también llamada rayón, un tejido que proviene de la celulosa, tiene buena caída y es mucho más barato y resistente que la seda. La familia Dupont patenta la viscosa en Francia hacia 1880 pero son los Courtauld de Londres quienes desarrollan todas sus posibilidades y masifican su comercio.
Dos señores con sombrero:
"En este momento estoy reentelando los dos lienzos de Cezanne que acabé sacándole a Tangüy en un precio estupendo: 120 francos por el par. Debes conocer estos cuadros, uno es el boceto de una avenida, y el otro, una Vista de L'Estaque a Mediodía que posiblemente esté inacabada, pero muy avanzada, azul, verde y naranja. Creo que es sencillamente una maravilla. Madame Latouche (La enteladora) me ha acusado de locura...Y en cuanto al resto, con esta pintura estoy probando a todo el mundo. Realmente nadie entiende nada". Paul Gauguin, primer propietario del cuadro. Carta a Camille Pisarro.1883
En su Dicken's Dictionary of London de 1879, Charles Dickes Jr. describe el Burlington Fine Arts Club de Savile Row como "un club para caballeros artistas y connoisseurs que además de ofrecer los acomodos y ventajas de otros clubs de Londres, proporciona a caballeros de intereses afines un punto de encuentro donde puedan debatirse asuntos artísticos comodamente. Cuenta con una biblioteca de arte bien surtida y actualizada, y ofrece sus salas para que los miembros puedan mostrar sus colecciones, ya sean de cuadros, dibujos, grabados, libros raros, esmaltes, cerámica, monedas,o cualquier otro objeto valioso al que sean aficionados. El club se compromete a organizar una vez al año exposiciones especiales que tengan por objeto el conocimiento profundo de alguna escuela, o maestro. A los socios se les concede el privilegio de invitar a sus amigos para que disfruten de estas exhibiciones y puedan enriquecer las conversaciones que en torno a ellas se generen".
Cuando llego a Londres tiendo a perderme en lo anecdótico. Comprendo que la literatura británica sea prolija, proclive incluso al requilorio, pues aquí la trama social es tan jugosa, sus instituciones e individuos tan pintorescos, tan entretenidos los vericuetos de su historia, que es difícil ir al grano sin perderse en los excéntricos encantos de las ramas.
En 1912 conocieron a los impresionistas y postimpresionistas franceses en la exposición de la Grafton gallery, y aquello fue el inicio de un nuevo camino que recorrieron ellas solas ya que, introvertidas y tímidas, no mantenían contacto con ninguno de los circulos artísticos del momento; Elegían cuadros en libertad, sin prejuicios, guiadas por su sensibilidad y por su instinto.
Vivo estos días en Lordship place. Desde mi ventana veo el ajetreo de Cheyne Walk y la tranquilidad del río. El agua gris se proyecta en la atmósfera gris que tiñe de gris las copas de los árboles y en algún punto incierto se transforma en un cielo gris, tan compacto que no deja espacio para las nubes. Los ribazos del Támesis a su paso por Chelsea son blandos y oscuros, enfangados de polución y literatura.
En 1870, mientras Cezanne se refugiaba en L'Estaque, Monet, el viejo Daubigny y Pisarro se instalaron en Londres para huir de la misma guerra. Al contacto con el clima británico, dejaron que de modo natural se fuera oscureciendo su paleta y que al difuminarse los objetos, cobrara protagonismo ese aíre humedo que enturbiaba la visión y creaba más impresiones que certezas. Sin la guerra francoprusiana y sin el corto exilio, sin Turner y el mal tiempo de Londres, el impresionismo francés habría sido otro.
Este señor tan laborioso es Roger Fry en los Talleres Omega, poco antes de la guerra del catorce. El vestuario de las señoras y sus peinados flou nos indican que estamos en Bloomsbury. En estos talleres que fundó Fry se diseñaban los interiores tan característicos del grupo, diseños que nunca sabré si me encantan o me repatean, como en general me ocurre con todo el microcosmos bloomsburiano, tan refinado y moderno como endogámico.
Cuando a Tallulah Bankhead le preguntaron por qué dejaba Broadway para irse a Hollywood, respondió: Para ganar dinero y tirarme a Gary Cooper. 
Mi muy querido, ¿Cómo voy a llegar a tus bañistas?, cuando al menor descuido vuelvo a los inicios para quedarme entre las sombras contigo. Todo está aquí, en tí que aún no has cumplido treinta años y vas perplejo y oscuro, sola sub noctem per umbram .
"Cezanne no creyó que debía elegir entre la sensación y el pensamiento, como entre el caos y el orden. No quiere separar las cosas fijas que aparecen ante nuestra mirada, de su manera fugaz de aparecer. Quiere pintar la materia en el momento de tomar forma, el orden naciendo por una organización espontánea. No pone la ruptura entre "Los sentidos" y "La inteligencia", sino entre el orden espontáneo de las cosas percibidas y el orden humano de las ideas y las ciencias". Maurice Merleau-Ponty. (La doute de cèzanne en el libro Sens et non-sens).
Mi cabeza trabaja bastante por libre y se lo agradezco, es más entretenido que tenerla todo al día a mi servicio. Ultimamente, al menor indicio de sopor, me sorprende con imágenes cotidianas de Cezanne en distintos escenarios: Puede aparecer con boina y comiendo conejo en su casa de la Rue Boulegon, o concentrado ante el caballete, con abrigo gris bajo una lluvia fina en el lago de Annecy. A veces se presenta como un niño, muy atildado con lazo de terciopelo negro sobre camisa blanca, pelo espeso y ojos enormes, está llegando a casa de su abuela para ir con ella a misa en La Madeleine. El otro día me sobresaltó un Cezanne de veinte años cuando se tiraba desde una rama al agua del río Arc, le ví caer de pie y con muchos aspavientos. Le puedo pillar en Pontoise, en el mar de La Roche Gouyon con Renoir, o subiendo con fatiga el camino del Tholonet. De repente veo su silueta en una hamaca del Jas de Bouffan con fondo musical de mirlos, o le reconozco de espaldas cuando entra al Café Clement del Cours Mirabeau con Joachim Gasquet.
Ambos paisajes urbanos tienen mucho en común, comparten un realismo romántico más próximo al Vientre de París de Zola que a los ambientes parisinos de Manet, Fantin La Tour, Monet o Renoir. Dominan en ellos los grises y los negros, los blancos espesos y sucios, los verdes invernales teñidos de humo.
"Durante horas, días, él intentaba hallar incomprensible lo evidente, desentrañar lo inexplicable de cuestiones fácilmente inteligibles. Con el tiempo adquirió unos ojos acechantes debido al vagabundeo tan riguroso alrededor de siluetas que para él se convertían en fronteras de algo misterioso". Robert Walser en Pensamientos sobre Cezanne.